El ácido docosahexaenoico (DHA) es un ácido graso poliinsaturado esencial para el desarrollo del sistema nervioso y los nervios cerebrales. Desempeña un papel importante en la inteligencia infantil y el desarrollo del cerebro y tiene numerosos efectos, como ayudar al desarrollo de las células cerebrales, combatir el envejecimiento, mejorar la circulación sanguínea y reducir los lípidos en la sangre.
La cantidad de ácidos grasos insaturados en la leche materna es suficiente para los bebés amamantados siempre que la madre siga una dieta equilibrada y consuma alimentos ricos en ácidos grasos insaturados. Si se agregan ácidos grasos insaturados a la fórmula, no se requieren suplementos adicionales para los bebés alimentados con fórmula.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomiendan una ingesta diaria de DHA+EPA de 100-150 mg para niños de 2 a 4 años, 150-200 mg para niños de 4 a 6 años, y 200-250 mg para niños de 6 a 10 años.