Cuando el bebé está enfermo, el bebé no quiere tomar medicamentos, por lo que los padres encuentran una buena manera, es decir, dejar que el bebé beba fórmula junto con el medicamento. Cuando su bebé está enfermo y se niega a tomar medicamentos, puede ser tentador mezclarlo con fórmula para facilitar la administración . Sin embargo, esta práctica puede reducir la eficacia del medicamento y dificultar la recuperación de su bebé. Es mejor administrar el medicamento con agua tibia en lugar de fórmula, agua con miel u otros líquidos.
Algunas madres pueden cambiar de marca de fórmula si notan que sus bebés no están creciendo bien o tienen heces verdes. Sin embargo, los cambios frecuentes de fórmula pueden alterar la digestión de su bebé y provocar problemas como indigestión, vómitos, diarrea y estreñimiento. Es importante apegarse a la misma fórmula a menos que haya una alergia específica o una razón médica para cambiar.
Los padres pueden preocuparse por la seguridad de la fórmula o buscar la complementariedad nutricional mezclando varias fórmulas, por temor a que una sola fórmula pueda tener problemas de calidad. Sin embargo, las diferentes fórmulas tienen ligeras variaciones en la composición nutricional,
proteína, estructura de grasa, contenido de minerales, etc. Esto puede forzar el desarrollo de los intestinos y la digestión de su bebé, especialmente cuando es joven y delicado.
Si no está seguro de qué fórmula elegir para su bebé, se recomienda optar por una marca reconocida con una gran reputación y considerar cambiar solo después de cinco o seis meses de uso constante.